Si el desarrollo de los proyectos constructivos en BIM es fundamental para mejorar la coherencia de la información, facilitar la colaboración entre agentes y reducir errores y riesgos, no menos importante es la gestión y enriquecimiento del modelo en la fase de ejecución.
Desde nuestra experiencia, el modelado de los proyectos tal como se construyen y la adecuada gestión de la información elaborada, es fundamental para tener el control de lo que realmente ocurre en obra.
Es indispensable diseñar una estrategia integral de definición del modelo/s, dependiendo de cómo se va a realizar la gestión de la información. Si nuestra estructura interna está adecuadamente definida, resultará sencilla la adaptación a cada proyecto, aun cuando no todos requieran el establecimiento de procesos complejos basados en estándares internacionales.
En la mayoría de los casos hay que diseñar estrategias de trabajo prácticas que nos ayuden en la consecución de los objetivos definidos. Eso sí, estas estrategias se deben definir siempre antes de todo lo demás, en base a los objetivos tanto del cliente como propios del estudio.
Nosotros apostamos por realizar un importante trabajo de definición del proyecto en fases iniciales, de forma que en fases posteriores se minimicen las modificaciones debidas a cambios de criterio o a incumplimientos de normativa o estándares.
No obstante, es imposible prever y eliminar totalmente las causas que derivan en modificaciones, especialmente en rehabilitación, donde las demoliciones previstas descubren la realidad oculta.
En el tipo de obras de autoconstrucción, el principal objetivo de los clientes es obtener su edificio al menor coste. Para ellos el proceso no es significativo. En la mayoría de los casos, las empresas constructoras a cargo de estas obras carecen de capacidad de gestión digital de su trabajo.
Si la contrata no está implantada, no quiere decir que no merezca la pena seguir con la gestión BIM del proyecto en obra. Como directores de obra, las herramientas BIM nos ofrecen la posibilidad de registrar tanto lo previsto ejecutado como lo ejecutado no previsto, y cuantificar cantidades exactas de cada partida. En obras donde se requiera la certificación mensual de cantidades, resulta muy conveniente el desarrollo del modelo, actualizado y enriquecido, para facilitar la labor.
Tal es el caso de un pequeño proyecto de rehabilitación en el que estamos trabajando. El proyecto ha sido desarrollado en BIM exclusivamente por iniciativa propia, ya que es la metodología en que desarrollamos nuestro trabajo. Desde el punto de vista metodológico, es un proyecto de gestión interna, es decir, ningún otro agente ha participado del desarrollo del modelo ni de bases de datos vinculadas. La contrata carece incluso de habilidades digitales.
No obstante, en estos casos apostamos por dar continuidad al desarrollado y enriquecimiento del modelo, ya que no solo facilita nuestro trabajo, sino que claramente supone un beneficio indirecto para todos los intervinientes.
Especialmente complejos son estos proyectos donde conviven elementos demolidos con la ejecución de nuevas partidas. En este caso, en el modelo se definieron dos fases de trabajo, y se generó cada elemento pensando en su cuantificación en mediciones. Esta fue una labor especialmente compleja teniendo en cuenta que las demoliciones previstas eran parciales.
En fase de obra hemos optado por desarrollar un nuevo modelo, a partir del empleado en proyecto, donde vamos reflejando la realidad de lo ejecutado gracias a la definición de 4 parámetros muy sencillos, lo que nos permite poder filtrar de forma rápida lo ejecutado en cada certificación.
Los parámetros que definimos para cada elemento son: si está “Ejecutado”; en qué “NºCertificación” se ha realizado; si está incluido “En partida de proyecto”; y en caso de estar prevista su ejecución en proyecto, si está “En línea de medición”.
Gracias a la exhaustiva cuantificación que nos ofrece el modelo de cada elemento, hemos podido ajustar el precio de nuevas partidas hasta un 65% de lo ofertado por la contrata, ya que estas ofertas, en algunos casos, se basaban en cantidades estimadas de forma errónea.
También resulta beneficioso el desarrollo de modelos BIM para la gestión de obras, aun cuando el proyecto constructivo se haya desarrollado de forma tradicional con herramientas CAD. Nunca es tarde para implementar.
En este sentido, estamos participando en la ejecución de un proyecto de urbanización de unos 8.000 m2, no redactado en BIM, pero en cuyo proceso de licitación se ha decidido incorporar esta metodología para la gestión en obra.
Para ello fue elaborado un modelo constructivo por parte de la propiedad, como base para la posterior elaboración de los modelos “As Record” de cada certificación, acorde a los requerimientos establecidos en el EIR y especificados en el BEP.
Los objetivos principales para esta gestión BIM son, la comunicación de incidencias entre los agentes intervinientes, la extracción de certificaciones mensuales del modelo y la obtención de un modelo “AsBuilt”.
Nuestra labor se centra en el apoyo a la Dirección Facultativa, en la definición de la estrategia general, el enriquecimiento y desarrollo de los modelos, para la consecución de los objetivos establecidos por la propiedad.
El IFC fue el formato establecido para las entregas y revisiones del modelo. A través del visualizador BIMcollab ZOOM, se han definido vistas inteligentes para la comprobación de la existencia de parámetros específicos de ejecución y certificación, agrupados en Psets. Toda las incidencias y asuntos acontecidos en la obra se registran en la nube en la plataforma de BIMCollab. De esta manera, todos los agentes pueden acceder directamente y en tiempo real al estado general de la obra.
Para la correcta exportación de los elementos del modelo a Ifc, se ha establecido un MVD específico para el cliente.
Por tanto, el empleo del BIM en fase de obra, de forma estructurada, es fundamental para garantizar una información actualizada, conseguir un control detallado de los aspectos económicos y obtener el estado final del inmueble.
Si bien es cierto que la forma más eficaz de integrar el BIM en la gestión de proyectos es a través de un IPD, no significa que no sea productivo su uso en el resto de casos. En nuestro caso, el desarrollo de proyectos en BIM es parte inherente de nuestro método de trabajo en cualquier fase y tamaño del encargo. Además, cuanto antes se tengan en cuenta los aspectos esenciales a la gestión y planificación de obra, más eficiente será el paso de fase.
En siguientes posts, detallaremos desde un punto de vista más técnico de como enriquecemos los modelos para fase de obra.
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